jueves, 27 de marzo de 2014

Catedral de Toledo

 
 
Forma parte de la gran trilogía de catedrales del gótico clásico de la Corona de Castilla derivadas de la arquitectura del norte de Francia del siglo XIII.
 
Toledo, capital del reino visigodo, tenía en este lugar su correspondiente templo visigodo que fue destruido para construirse una mezquita tras la invasión musulmana.
Se especula con que la superficie de dicha mezquita tuviera la anchura de las cinco naves actuales. Mínimos restos han quedado de esta mezquita toledana.


El rey de León y Castilla Alfonso VI toma Toledo en 1085 prometiendo tolerancia a las gentes y creencias de los conquistados, respetando inicialmente esta mezquita mayor.
Sin embargo, la sensibilidad del monarca hispano, acostumbrado a negociar con los también españoles musulmanes era completamente ajena a su mujer Constanza y al nuevo obispo Bernard de Sedirac, ambos franceses, que aprovecharon la ausencia del monarca dos años después para tomarla y consagrarla por la fuerza.
 
El interior del templo
El primer maestro -Martín- se ocupó del inicio de la girola. Luego el maestro Petrus Petri lo releva ocupándose de las partes altas de la girola, creando los arcos angrelados de tipo árabe tan famosos. La girola estaría terminada definitivamente alrededor del año 1289.
 
Durante el siglo XIV se avanza en la construcción de las naves y se realizan las portadas.
Las últimas fases de la construcción de la catedral corresponden a un estilo gótico flamígero traído por Hanequín de Bruselas y sus sucesores.
El resultado definitivo es una amplio templo con planta de salón de cinco naves, más ancha la central y crucero no saliente pero de gran anchura, rematadas en cabecera con un magnífica doble girola, continuación de las naves laterales.
 
Cabecera y girola
Esta compleja cabecera es lo más sobresaliente, por lo original de la solución, para abovedar los tramos irregulares consecuencia de la curva de la girola. Esta solución se basa en la creación de tramos triangulares y rectangulares. Los tramos exteriores rectangulares se rematan en muros semicirculares y el resto en muro plano, creando un gran número de capillas.
 
También son destacables los arcos polilobulados y del triforio de la girola de origen musulmán y que a pesar de realizarse en una ciudad de gran tradición musulmana ponen una nota de exotismo en esta catedral gótica de tradición europea.
Las naves y el transepto
Como ya se indicó, la catedral de Toledo tiene otra particularidad que es la de disponer de cinco naves, en lugar de las tres que son más habituales. Tienen altura escalonada, desde la central hasta llegar a las colaterales más extremas. Ello permite la abertura de ventanales en la parte alta de la central y las colaterales más próximas.
Los pilares de separación de naves son cilíndricos con ocho semicolumnas adosadas con el fin de recoger los arcos fajones, perpiaños y cruceros. Las bóvedas de dichas naves son de crucería cuatripartita.
Aunque en la girola y el transepto se respetó los tres pisos de alzado del gótico clásico francés: arcos, triforio y claristorio, a partir del cuerpo principal de las naves, se suprime el triforio, probablemente para agrandar los enormes ventanales del claristorio.
A pesar de que la catedral de Toledo es el edifico gótico más grande iniciada en el siglo XIII en la Península y tener precedentes franceses en muchas de sus soluciones, no deja de notarse cierta horizontalidad más propio de la tradición española.
Este hecho se aprecia perfectamente en la menor altura de la nave principal con relación a otras catedrales contemporáneas y a la mencionada supresión del triforio en la nave principal que le habría prestado mayor altura y esbeltez. Ello no es óbice para que, quien dé un tranquilo paseo po la catedral primada toledana, pueda empaparse de la gran perfección con que está construida y saborearla como una de las obras maestras del gótico en España.
 
Las vidrieras
A pesar de las graves pérdidas sufridas durante la Guerra Civil Española, la Catedral de Toledo es uno de los edificios castellanos que más vidrieras medievales ha conservado.
Hay algunas vidrieras anónimas de principios del siglo XIV, especialmente ubicadas en el rosetón del hastial norte del transepto (el correspondiente a la Puerta del Reloj), y en algunas partes de la girola.
A partir del siglo XV, la catedral toledana cuenta con una gran colección de vidrieras documentadas, realizadas por Jacobo Dolfin y Luys Coutin (1418-1428), Enrique Alemán (1484-1492) y Pedro Bonifacio y Pedro el Francés (ca. 1492-1495).
 
Las tres puertas monumentales
La catedral de Toledo cuenta con las puertas de la fachada norte del crucero, la del costado sur y las tres de la fachada principal del oeste (una correspondiente a cada nave).
Puerta del reloj
De las tres portadas, la más antigua es la del Reloj (fachada norte del crucero) realizada alrededor del año 1300 e inspirada en las puertas del crucero de Notre Dame de París.
En ella aparecen los Magos, en el costado izquierdo con un sonriente paje.
El parteluz está ocupado por una bella Virgen sonriente que sujeta con su mano izquierda al Niño Jesús.
El Tímpano está compuesto de varias bandas o frisos donde se esculpieron con maestría las escenas de todo el Ciclo de la Natividad, dispuestas de izquierda a derecha y de abajo a arriba.
 
Puertas de la Fachada Principal: Perdón, Juicio Final y del Infierno
Poco después, en la primera mitad del siglo XIV se acometieron las tres grandes y monumentales portadas de la fachada principal.
En este caso, lo lento de los trabajos de edificación de las naves, ha hecho que sean las menos interesantes desde el punto de vista iconográfico, aunque muy apreciables escultóricamente.
A pesar de ser de comienzos de este siglo, la iconografía y estilo es un tanto conservador y están relacionadas con las del siglo XIII.
La puerta central es denominada de El Perdón y lleva en su tímpano la escena de la imposición de la casulla a San Ildefonso. Hay que advertir la calidad con que están esculpidos los personajes representados.
También hay que fijarse en la estatua estilizadísima de Cristo que ocupa el mainel.
 
La puerta de la izquierda (correspondiente a la nave septentrional más próxima a la central) se llama del Infierno y el tímpano es ocupado por rostros entre hojarasca.
 
La puerta de la derecha (correspondiente a la nave meridional más próxima a la central), llamada del Juicio Final. En ella se representa el habitual Maiestas Domini rodeado de ángeles con los instrumentos de la pasión y junto a la Virgen y San Juan que ruegan por los hombres. Debajo, en dos bandas superpuestas aparecen los salvados resucitando y saliendo de sus sepulcros, mientras que abajo, los condenados son arrastrados por diablos.
 
Relieves decorados con los escudos de Castilla y León rodean sendos tímpanos descritos.
 
Puerta de los Leones
La puerta de los Leones (también llamada Puerta Nueva o de la Alegría) está en el brazo meridional del crucero y es la más tardía de todas, de la segunda mitad del siglo XV. Se llama así no por ningún elemento propio sino por las estatuas que coronan las columnas de la verja exterior.
 
En ella participan los mejores artistas del momento en España, como Hannequín de Bruselas, Juan Alemán, Egas Cueman o Francisco de las Cuevas. Además de su monumental estructura, son muy sobresalientes las figuras de los Apoóstoles de las jambas y la Virgen del parteluz.
 

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